Tere Estrada Foto: Cortesía Tere Estrada
Sirenas al Ataque cumple este 2021 dos décadas de haber sido editado por vez primera. Su autora, Tere Estrada, compositora, instrumentista y promotora cultural, se encuentra trabajando en un documental dedicado al quehacer de las mujeres en el rock nacional. Píntalo de Negro tuvo una charla con ella en la que nos puso al tanto de los planes y compartió con nosotros anécdotas sobre sus inicios y la creación del libro que deja huella como testimonio del género en nuestro país.
Oye, chava
Tenía 17 años y ya había escrito su primera rola. Escuchaba Radio Educación y era una chava del CCH Azcapotzalco. Eran finales de los ochenta y Tere se juntaba con los integrantes de la banda Trolebús. “Se hacían unas tertulias y se iban pasando la guitarra. El reto era llegar siempre con una nueva canción, entonces era una presión de ‘tengo que ensayar y llegar con más canciones’ ja ja”, recuerda. Se reunían en la casa de Rodrigo de Oyarzabal, programador de Radio Educación y asistían, entre otros, personajes como Nina Galindo o Armando Rosas.
Fue en esos andares que Tere conoció a Octavio Patiño, el Blu, con quien integraría La Fábrica Azul, la alineación la completaba Tonatiuh Olvera: “Fue la primera banda que tuve. El Blu estuvo 15 años conmigo como saxofonista, esa banda era muy experimental. Tonatiuh Olvera, estaba muy influenciado por la literatura de la onda, sus canciones eran en un formato muy sencillo pero las historias que contaba eran padrísimas y muy poéticas, entonces eso fue una gran escuela”.
Más tarde vino Aeroplano, un proyecto electrónico en el que participó como cantante. La banda alternó con Ninot y tuvieron varias presentaciones en universidades, pero finalmente Tere no estaba cómoda porque se sentía extraña al no tocar un instrumento.
La banda de blues, Follaje, también forma parte de su historia. En 1989 fue invitada por Lalo Chico para hacer coros y con ellos se presentó en hoyos fonquis “alternábamos con El TRI así que imagínate”, dice, “eran espacios no tan gruesos como en la década de los setenta que eran más inhóspitos, ya tenían mejor infraestructura para el sonido y baños, pero el público seguían siendo chavos muy rudos con las mujeres, tenía que ser más ruda y estar más alerta”.
“La última tocada de hoyos fonquis fue en Ecatepec, me invitó el saxofonista de Juan Hernández, fue en un campo de futbol y el público se empezó a pelear porque unos pagaron la entrada y otros no. Había un cerrito al lado del campo y unos tubos de desagüe y por ahí se estaban bajando los chavos, así, como si fuera tubo de los bomberos, se aventaban para meterse gratis. Entonces los chavos que sí habían pagado se encabronaron y se armaron las pedradas. Yo creo que corrí a esconderme abajo del escenario, nada más se oían las piedras. Cuando se calmó tantito, dijimos ¡vámonos de aquí!”
Aún antes de entrar a los noventa, Estrada formó una banda con los integrantes de Trolebús, Demex (batería) y Enrique Montes, Pato (guitarra), quien después sería reconocido por ser parte de la alineación de Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio: “estaba padre, teníamos canciones de Pato y canciones mías, muy acústico el rollo, dos guitarras, voz, eventualmente unos bongós y una armónica, así era el rollo”, detalla Tere, sobre su etapa con Entenados del Enjambre.
“Después armé Esquina Bajan, de 90 a 92, que era una banda en la que todo giraba en torno a mi trabajo como compositora y yo ahí convoqué. Todos eran más chavos, yo tenía 24 y todos tenían entre 16 y 18 y con ellos grabé Túneles Desiertos”, agrega. Túneles Desiertos, fue editado por el sello Avanzada Metálica, más adelante saldría una edición con Discos y Cintas Denver.
¿Dónde están las demás?
Tere, ¿cuál fue el primer momento que te hizo cuestionarte o darte cuenta que las mujeres no tenían el mismo trato que los hombres en el ambiente musical?
“Cuando nos reunimos en estas tertulias que te cuento, me acuerdo que Pato me decía – Oye, pero pues, hay pocas mujeres componiendo, y yo decía -¿neta? Para mi era algo muy natural. Ahí entonces empecé a preguntarme ¿dónde están las demás? Yo quería saber donde estaban las demás chicas para saber si ellas estaban pasando lo mismo que yo o cómo la estaban pasando”
Teresa estudió sociología en la UNAM y desde hace tres décadas ha trabajado por dar difusión y encontrar a esas otras rockeras. En 1991 organizó el Primer Encuentro de Mujeres en el Rock Yo Rockera, con la entonces subdirectora del Museo Universitario del Chopo, Jocelyn Lorenzo “hicimos este encuentro con 12 propuestas de mujeres, algunas compositoras otras instrumentistas y mesas redondas donde hablábamos sobre la rockera y la familia y la rockera y el trabajo y cómo nos iba a cada quien en la feria por el hecho de ser mujeres”, recuerda Estrada.
En busca de las sirenas
“Esta historia que tú ves la construí a fuerza de ir a tocar puertas, no había información, nadie sabia nada. Con decirte que fui al Chopo a preguntarles a los que vendían discos y decían ‘aquí vino una psicóloga (no socióloga, psicóloga) que disque quiere hacer un libro de rock de mujeres, yo creo que va a encontrar como cinco’. Yo entrevisté a cien. Así me menospreciaban”.
Sirenas al Ataque expone 50 años de la historia del rock en México, desde 1956 hasta 2006 en su última edición. Reúne testimonios de primera mano que narran el andar de las mujeres en la industria de la música, desde las pioneras como Gloría Ríos, las Mary Jets, Julissa o Angélica María, pasando por figuras lejanas a los reflectores como Ulalume, la metalera Brenda Marín o Zappa Punk, las locutoras de radio Julia Palacios, Fernanda Tapia, Lynn Fainchetin y Dominique Peralta de Radio Mil, Rock 101 y Espacio 59 así como productoras y representates de bandas.
Nadando entre las décadas y en esta interminable caza de nombres algo prevalece: “La falta de credibilidad del trabajo de las mujeres es algo que no nos hemos podido quitar, sea como instrumentista, productora, sea como cantante o compositora siempre hay la duda: ‘Esta quien sabe qué hizo para estar ahí ¿eh? Yo creo que es novia de fulano, por eso yo creo que lo logró’, o sea, siempre tiene que haber cama de por medio, no puedes lograrlo por tus propios medios y a la fecha es algo que no nos hemos podido quitar”, afirma la autora.
Durante más de diez años Tere trabajó en la investigación para que Sirenas al Ataque fuera editada tal y como podemos leerla en 2021, el trabajo detrás de este libro fue extenuante: “Llegaba y le preguntaba a Briseño -Oye a ver, dime qué rockeras había en los sesenta, en los setenta, y me daba nombres, -No pues, la que cantaba conmigo en Cosa Nostra, Norma Valdés, y también la esposa de Sergio Mancera, y así, me iban dando nombres con los que iba haciendo una lista, pero parecían fantasmas. Yo nada más tenía los nombres, ¿y ahora?, para que este nombre que se vuelva persona ¿cómo le hago? ¿Dónde están? Entonces alguien me daba el teléfono del primo, del amigo que sabía…. ¿ves? Tenía que buscar el hilo, tocó con fulanito, que me dé el teléfono, no pero ¿qué crees? que ya se cambió de casa, ah entonces búscala con su hermana , con su prima… ¿no? Entonces imagínate la cara que puso la segunda baterista de las Mary Jets (Martha Agüero) cuando le llamo, ella vive en Texas y le digo -Estoy haciendo una investigación sobre las rockeras, pláticame sobre las rockeras de tu época, de las Mary Jets. Fue una conmoción”, menciona.
No solamente la participación de las mujeres está plasmada en las páginas, se trata de la historia del rock mexicano, el libro contextualiza, construye una línea del tiempo nunca antes narrada desde ese punto de vista.
“Sandro Cohen me motivó a buscar otra manera de contar la historia, José Antonio Pérez Islas y Julia Palacios aportaron mucho también. Recuerdo con Julia que sacábamos las hojas y los mapas ¿cómo vamos contar la historia? ¿qué pasó en este año?, a nivel mundial, pero además ¿cómo era la participación de las mujeres en el ámbito en general?, eso era muy importante, no es lo mismo ser joven en los cincuentas, en los sesentas , en los setentas, ¿cómo eran sus luchas? Y eso nos da piso para poder meter, en ese marco, la historia de México, la historia de la música, la historia del rock en general y de las rockeras en ese espacio”, explica.
En la última edición del libro, publicada en 2008, Tere integró 50 páginas más con veinte entrevistas adicionales a la publicación original, entre ellas la de la hija de la chicana Gloría Ríos, Regina Martínez Ríos, quien da el testimonio sobre su madre, conocida por grabar el primer disco de rock cantado en nuestro país:
“Es la hija de Gloría Ríos y de Resortes, entonces Julia Palacios la invita a su programa en Radio Ibero y yo lo primero que hago, en lugar de decir buenas tardes, es sacar mi grabadora, como si fuera la pistola, pero ¡imagínate! Era la pionera del rock and roll en México, íbamos a tener información de primera fuente, comenta Tere y suelta el dato: “Hay un amigo, coleccionista de discos, que me dice que hay datos de que la primera grabación de rock fue una señora que se llama Lily Yavel, y que fue antes que Gloria Ríos, pero yo digo ¿de dónde sacan esos datos? y ahorita estamos en ese proceso de corroborar la información”.
Más letras
Además de Sirenas al Ataque, Tere Estrada se adentró a la ficción y publica su libro Un blues en la penumbra (2018), que narra la historia de Ámbar, la voz cristalina, una rockera mexicana en la década de los 70 que le tocó vivir el hippismo en México. “Conoce a María Sabina, a Jim Morrison, se enfrenta a la matanza del jueves de Corpus, asiste al festival de Avándaro”, detalla Tere.
Actualmente Estrada se encuentra trabajando en su autobiografía, que llevará por título 30 30, que explica, se refiere a 30 anécdotas de 30 años de historia, “todas las giras, qué hay detrás de cada disco, de cada libro, cómo lo concreté”.
Un documental, el salto mortal
El llevar su investigación al terreno audiovisual es el proyecto más ambicioso de Tere Estrada, puede ser complicado respetar el número de entrevistas incluídas en Sirenas al Ataque en dos horas de video, pero la compositora menciona que deberá ir paso a paso para tomar esas desiciones, no sólo por la parte creativa sino también por la gestión y producción que dependen de la cuestión financiera, debido a esto comenzará con algo de menor duración:
“Todas son importantes, primero vamos a hacer un corto en el que vamos a incluír diez entrevistas y después mi idea es incluir todas las posibles, pero por lo pronto vamos a hacer algo como de media hora para mostrar lo que hacemos y juntar más lana, porque este es el salto mortal más grande que he hecho a nivel de producción, porque los dineros que se necesitan para hacer un clip, un disco o un libro no tienen nada que ver con lo que se necesita para hacer un documental, es una lana que no te imaginas, sobre todo por conseguir las imágenes de época y pagar los derechos de la música. Ahí se te va toda la lana”
En cuanto el virus lo permita, Tere comenzará a planear el primer corte de Sirenas al Ataque, el documental “en tiempos de pandemia todo está muy volátil, me estoy esperando un poco a ver quiénes de las rockeras de antaño ya están vacunadas y ya que acabe la campaña de recaudación y que tengamos más claridad, empezaremos con la calendarización de las entrevistas, pero dependemos mucho del semáforo”.
Para apoyar la producción de este documental hay una campaña de recaudación activa, que termina el próximo 16 de abril. Hay diferentes recompensas para los que colaboren, entre ellas los discos y libros de la rockera, charlas, conciertos o actividades de convivencia. No tardes en soltar esos los dólares que ya queremos ver el documental.