‘La delgada línea amarilla’ (2015)
Hoy en Permanencia Voluntaria abordaremos la cinta que lleva por nombre La delgada línea amarilla. Este filme se desarrolla en el México atemporal que siempre se manifiesta tan bien en las películas; ese cine mexicano, el cual nos narra historias de carencias económicas y de inestabilidad laboral constante que hay en nuestro país, de toda la vida, ese México que en mi particular caso me representa.
Lo primero que llamó mi atención fue el cómo llegué a esta película, pues bien, fue por recomendación de compañeros de trabajo, que cabe resaltar somos pintores y viajamos por toda la república, dicho esto, desde que vi su trailer reconocí el gran reparto con el que cuenta, como lo es Damián Alcázar, Joaquín Cosio, Silverio Palacios, Gustavo Sánchez y un desconocido, para mí, como es el joven actor Américo Hollander, que dejó un agradable sabor de boca con su trabajo.
La historia se centra en Toño (Damián Alcázar), un señor que ya estaba resignado a un último trabajo como velador en un deshuesadero de autos, donde residía; pero como siempre, la jodida vida de nuestro país le da un golpe de realidad cuando llegan a despedirlo y cambiarlo por un perro guardián, así que toma su camioneta y sale a su suerte con los años encima y un futuro incierto. Toño obtiene un nuevo trabajo como despachador en una gasolinera y ahí es donde realmente inicia su cruzada laboral que le dará un nuevo motivo para vivir y seguir adelante. En este empleo se reencuentra con un patrón con el cual ya había trabajado muchos años atrás, éste, al reconocerlo, le ofrece un proyecto que consta en pintar la línea divisora de una carretera que conecta dos pueblos.
Aquí es donde el protagonista conoce a su cuadrilla, un grupo como pocos y lleno de personajes con trasfondos bastante complejos, y aquí resaltó mucho ese recurso que el director (Celso García) aplica de manera excelente porque sin mucha exposición de historias personales nos narra en fragmentos las vidas de sus cuatro chalanes -empecinados en cumplir sus metas de vida-, que van desde un excirquero Atayde (Silverio Palacios), hasta un ladrón como lo es Mario (Gustavo Sánchez); sin olvidar a Gabriel (Joaquín Cosio), chalán que se está quedando ciego, y por último, pero no menos importante, el buen Pablo (Américo Hollander), en quien se vierte toda la narrativa de discrepancia existencial que tiene Mario hacia la vida, pues él es un joven lleno de ilusiones y sueños.
Esta cuadrilla de trabajo pasa un sinfín de situaciones que afectan el cumplimiento del trabajo, pero que en el proceso de reparación se van descubriendo unos a otros como seres humanos, haciendo sentir la reconciliación, el perdón, el respeto y la tolerancia por el prójimo. Algo que me maravilló de esta cinta es la forma tan explícita de plasmar tan bien esa mano de obra de pintar las carreteras de nuestro país, donde esta magia se logra gracias al gran trabajo de estos actores mexicanos, a la par de la dirección de Celso García, donde en cada escena se refleja el gran trabajo de antropología y sociología que va detrás del guion.
Una historia sencilla, sin pretensiones de narrativa pero que deja una gran historia que llega al corazón, que no abusa del sentimentalismo, sino por el contrario, entrelaza sus historias para dar un final romántico y, paradójicamente, trágico con una catarsis por parte de nuestro estelar, que es Mario.
Así que amigos que siguen esta bonita sección de Permanencia Voluntaria, los invito a ver esta conmovedora historia de La delgada línea amarilla que hace gala de nuestro nicho cinematográfico y cultural como lo es el cine de nuestra dura realidad, porque en esta película se muestra que nuestro país está lleno de buen cine, el cual debemos consumir y no sólo los ‘Blockbuster’ mexicanos de comedia genérica, que no demérito pero sí critico mucho por su falta de originalidad y contenido.
Ampliemos más nuestros consumos con historias originales de nuestro país y hagamos un análisis a fondo de qué tipo de ficciones o realidades queremos ver. Por mi parte esto sería todo, mis estimados lectores, esperando sea de su agrado está reseña.