‘The Father’
Por Sergio Canedo
Muchos vivimos pensando que jamás envejeceremos, tal vez de manera inconsciente creemos que la juventud nos será eterna y no tratamos de comprender los problemas ligados a envejecer.
Esta es una adaptación de la obra teatral francesa homónima: Le Père (The Father, en inglés; El Padre, en español), parte de una trilogía teatral que incluye los títulos: La Madre y El Hijo, del reconocido novelista, dramaturgo y recientemente director francés Florian Zeller, que, gracias a esta ópera prima, dio un gran salto en el mundo del cine como director y guionista, siendo nominada a varios premios y habiendo ganado el Oscar a mejor guion adaptado y a mejor actor (Anthony Hopkins) en la más reciente entrega de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
La obra trata un tema delicado y triste como lo es el efecto negativo de la vejez en la vida de muchas personas en el mundo y del cual nadie está consciente hasta que lo vive con algún familiar, lo hace de una manera tan pulcra y delicada, retratando a un anciano que vive tranquilo sus días de retirado en su departamento, pero que poco a poco lo consume la paranoia de su malestar.
La cinta despega lentamente, sin embargo el ritmo para mostrar con delicadeza los aspectos introductorios a la vida de Anthony (Anthony Hopkins) es el correcto, una vida tranquila, algo solitaria, marcada por la monotonía, incluidas las visitas de Anne (Olivia Colman) su hija, quien lo cuida, le ayuda a recordar cosas, le hace la comida, etc.
Preocupada por la pérdida de memoria de su padre, Anne contrata a una auxiliar de enfermería porque planea irse a Francia con el hombre que recién conoció, pero Anthony no lo acepta, además él ha recibido la visita en su departamento del hombre que afirma ser esposo de Anne, entonces lo que dice su hija no tiene coherencia. Ahí es cuando el protagonista empieza a cuestionar sus vivencias y recuerdos e intenta descifrar lo que está pasando con su hija o su mente. En adelante, el ritmo de la cinta va in crescendo, cautivando al espectador cada vez más, hasta el momento final del clímax que responde a todo lo que uno esperaba.
Las actuaciones y el desarrollo de personajes son lo primordial, con un padre (Anthony) por el cual todos nos sentimos empáticos y emocionados hasta las lágrimas, gracias a una de las mejores actuaciones de la longeva carrera llena de éxitos de Anthony Hopkins, una fina aparición de Olivia Colman, y los extras, que no se quedan atrás en participaciones de calidad.
La manera en la que Zeller introduce a los personajes a la obra es muy cuidada, todos llegan en el momento adecuado y aportan mucho con actuaciones brillantes y diálogos que brindan mucha tensión y emoción. El guion es magistral, pues cada nueva línea te pone la piel de gallina, y tanto la narración visual como el lenguaje corporal junto con la hermosa música de Einaudi, que es un personaje más, apareciendo en momentos clave y reforzando lo que se busca transmitir, forman una atmósfera que estremece y conmueve al público.
El crear todo ello en un escenario reducido, como lo es una tarima de un teatro, llevarlo a una película y lograr el mismo resultado es un reto hoy en día, porque el público ya está acostumbrado a producciones grandes, con exceso de cgi, y recursos de cintas que invierten millones de dólares en efectos, producción, montaje, etc. En cintas como esta se demuestra que no se necesita de un gran set, de variados escenarios, mucho vestuario, maquillaje ni exceso de efectos para lograr atrapar al espectador de comienzo a fin y transmitirle tantas emociones; sin ánimos de desmeritar obras que cuentan con todo ello, hay que alabar a quienes logran mucho con tan poco.
Finalmente, la dirección y producción se lucieron, hicieron de esta emotiva historia una agradable pieza icónica para los amantes del drama, y las sorpresas no se hicieron esperar ya que Zeller anunció que la próxima película que nos entregará será The Son (El hijo), con Hugh Jackman y Laura Dern confirmados en el cast, la cual ya esperamos ansiosos con la seguridad de que será un deleite.
