Shelley Duvall en tiempos de Brewster McCloud 1970
Quizás en algunos sitios se recuerde a Shelley Duvall sólamente como la actriz que dio vida a Wendy Torrance en The Shining, aquella película de terror de Stanley Kubrick. Pero la realidad es que la historia del cine no puede ser contada sin mencionar a una figura que dejó un vacío en muchos otros lados. Cuentos para niños, moda, música y también en producciones de Terry Gilliam, Woody Allen, Tim Burton y claro, con Robert Altman principalmente.
Tan solo a unos días de haber cumplido 75 años de edad, la mirada abismal de Shelley Duvall se ha apagado. Su pareja, Dan Gilroy, confirmó la noticia del fallecimiento. Duvall había estado padeciendo complicaciones con la diabetes, según Gilroy, y falleció mientras dormía en su casa de Blanco, Texas.
“Mi querida, dulce y maravillosa compañera de vida y amiga nos dejó. Demasiado sufrimiento últimamente, ahora es libre. Vuela, hermosa Shelley”. Con este par de líneas se despedía en redes sociales el ex Breakfast Club de su amada esposa con la que pasó los últimos 35 años de su vida.
Duvall siempre fue una figura flexible dentro del mundo del cine y contaba con una fuerte naturaleza artística, de todo esto se dio cuenta Robert Altman. Fue en 1970 cuando la vida los presentó y la eligió para formar parte del elenco de la comedia negra Brewster Mccloud, nada fue lo mismo para el director estadounidense.
Un año después ya estaba escrita su colaboración en McCabe & Mrs. Miller y eso le dio lugar a tener un papel protagónico al lado de Keith Carradine en Thieves Like Us de 1974. También tuvo su aparición en Nashville, una de las historias mejor contadas sobre la industria de la música en la ciudad de Tennessee.
Todo esto fue la antesala para dar a luz a 3 Women, el melodrama inspirado en los sueños de Altman que le valió el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cine de Cannes de 1977 y una nominación al Premio BAFTA a la mejor actriz en papel protagónico.
La fotografía, los colores en edición, el arte, el vestuario, la improvisación y la compañía de una gran Sissy Spaceck ayudaron a que probablemente con esa cinta diera la mejor actuación de su vida. Ese mismo año también tuvo su momento en Annie Hall de Woody Allen, donde interpretó a una reportera de la revista Rolling Stone.
La dupla Altman/Duvall terminaba con una adaptación de la tira cómica Popeye, este musical sombrío que a lo largo de los años fue convirtiéndose en un material de culto para muchos, aunque para los críticos en su momento fue el gran fracaso del cineasta de Kansas.
Más adelante su papel más conocido rendía frutos. Un año de producción en los estudios Elstree en Borehamwood, Reino Unido y la exigencia teatral de Stanley Kubrick, colocó a Shelley en la lista de las actuaciones más grandes que ha dado el cine de terror.
Y aunque por The Shining nunca recibió un premio ni nominación de la academia, ese rostro de horror dejó un legado en el género y abrió puerta a nuevas interpretaciones. Como la de Mia Goth en Pearl, y otras más que hasta estos días sigue influyendo el papel que dejó para la historia la chica de Texas.
Durante la década de los 80 y 90, tuvo una presencia muy fuerte en la televisión infantil. Presentó programas como Faerie Tale Theatre y Shelley Duvall’s Bedtime Stories, el ciclo se cerraba.
Sus últimos créditos cinematográficos fueron Manna from Heaven en 2002 y Forest Hills de Scott Goldberg veintiún años después. Esta última fue un buen regreso al mundo del terror para Shelley. Compartió foro con Edward Furlong de Terminator 2, Felissa Rose de Sleepaway Camp, Dee Walace de Cujo y Stacey Nelkin de Halloween III.
Shelley Duvall vivió un ciclo completo en las disciplinas por las que siempre tuvo amor. A nosotros nos resta no olvidarla y seguir reproduciendo la herencia visual que nos dejó. Hasta siempre.
