Damián Alcázar como el Benny en El Infierno
Hay cientos de películas y series mexicanas muy contundentes e impactantes a la hora de plasmar la cruda y verás realidad mexicana, pero hay un dúo en México que cuando trabajan juntos en un proyecto fílmico dan cátedra de lo que es buen cine (excelso para mi gusto) y estos son Damián Alcázar y Luis Estrada, esta dupla ha producido ya cuatro películas de contenido social-político, las cuales a continuación reseño y opino.
La ley de Herodes
Película de 1999 donde presentan a un México oligárquico y corrupto (como toda la vida). Narrada en un ambiente de pobreza y dedazo, el pueblo de San Pedro de los Saguaros se ve envuelto en una serie de actos políticos y sociales en los que se describe de manera tangible cómo se manejaba el país en los años 70-80, cubriendo la trama de una comedia oscura que es muy acertada al transmitir y exponer concepto políticos complejos de una manera entendible y nítida. En un sólo pueblo, de no más de 100 habitantes, minimiza todo el concepto y estrategia que envolvían al país en un sentido de política absolutista con maquillaje de democracia como lo era el del PRI de esos tiempos, expone cómo se confabulaba el clero con el gobierno, los excesos permitidos en centro de distracción y enajenación a costo de renta para negar el progreso social, las estrategias de desprestigio hacia partidos políticos de izquierda y, sobre todo, como el lobo del cuento se vuelve héroe, dándonos la cátedra que ningún sociólogo había podido exponer, de cómo en un México tan manipulado “La ley de Herodes” (te chingas o te jodes) era una regla para los más astutos, ambiciosos y controladores. Cuando la dictadura era por medio de la oligarquía, es donde Juan Vargas (Damián Alcázar) nos enseña cómo se aplicaba dicha ley.
Un mundo maravilloso
Esta película de 2006 nos presenta a Juan Pérez, un mexicano pobre que por azares del destino, o así lo hacen ver, adquiere poder adquisitivo e influencia social, entrando ya al terreno de la transición política que en esos tiempos se suscitaba en el país, introduciendo la idea del progreso social y personal que cada mexicano quería en su vida, prueba irrefutable de que a cada avance social la política iba un paso adelante para seguir domando al ganado, explotando la imagen del pobre hacia una vida cómoda y feliz, y cómo en el intento de generalizar este estereotipo social lo vuelven decadente, al borde de la desesperanza y depresión, cumpliendo el gobierno con el objetivo: hacer creer que hay progreso como cada sexenio. Magnífica obra que desentraña de manera cruda y efectiva otra etapa más de nuestro gobierno, en ese entonces en transición.
El Infierno
Película de 2010, época en que el narcotráfico pierde el pacto de caballeros con el gobierno y comienza la narco-guerra, mostrando a un México en estado de sitio por parte del estado y de anarquía por parte del narcotráfico, donde el Benny (Damián Alcázar), después de ser deportado, descubre que el verdadero sueño americano es ser narcotraficante. En dupla con el buen Cochiloco (Joaquín Cosío) dan rienda suelta a esa vida llena de peligros y adrenalina, dejando ver sin escrúpulos cómo es el teje y maneje de venta y tráfico de drogas, donde los militares retirados son los sicarios más efectivos y que en México no se necesita una carrera política para gobernar sino poder, dinero e influencias. Esta cinta fue una dura crítica al gobierno de Felipe Calderón y su mala forma de llevar una guerra contra el narcotráfico de ese entonces, dejando claro que México siempre fue pan y circo.
La dictadura perfecta
Película de 2014, aquí se narra de manera muy sutil un sexenio de empoderamiento descarado como lo fue el de Enrique Peña Nieto y se desgajan conceptos muy complejos como los son las tecnocracias, el prime time y las cajas chinas, exponiendo de forma discreta cómo el nuevo consorcio Televisa-PRI imponen presidentes y limpian imágenes de políticos corruptos, como lo es Carmelo Vargas en la película por medio de información manipulada y dando un easter egg del caso Polette, haciendo una mezcla de líneas de tiempo de nuestro país para confabular un filme elocuente con esos matices de comedia y semiótica política como sólo Luis Estrada podría haber hecho, dando énfasis en la asquerosidad que era nuestro gobierno y sin dar tregua a seguir exponiendo la evolución de manipulación y empoderamiento de la cúpula, esos entes que se aferran a seguir sangrando las riquezas a costa del pueblo. Es un trabajo que narra de forma astuta trasfondos que hasta los más distraídos podrían entender.
Luis Estrada y Damián Alcázar han sido ese activismo político de protesta que tanto le ha hecho falta a México, dando muestra que arte y protesta se pueden conjugar de una manera sublime, obligando al más obstinado cinéfilo de derecha a entender cómo es el verdadero México.
Dentro de sus trabajos a través del los años, sexenio tras sexenio han hecho esa crítica ácida e incómoda hacia el gobierno y sus deficientes intentos por crear una mejora social; sin embargo dejan en mi una duda, este sexenio quedó un partido político de izquierda el cual se empodera por un voto de castigo que les brinda el pueblo, del cual tienen que hacer un cambio de 30 años de adoctrinamiento neoliberal que deja un rezago social y económico bastante profundo, aquí la pregunta es ¿qué matiz tomarán en su próxima película hacia esta situación actual?, ¿apoyarán a este gobierno o crearán polémica? Sea cuál sea el caso estaré atento a su nuevo proyecto.
Bonus. Este tipo de cine ya se ha hecho antes, aquí un par de ejemplos y recomendaciones:
Escándalo en la Casa Blanca
Película de 1997, se desarrolla con base en un escándalo del presidente electo de Estados Unidos y cómo un especialista en medios de comunicación (Robert de Niro) hace crear una guerra falsa contra Albania para que todo el pueblo estadounidense pierda ese interés en el escándalo de su presidente, quedando claro que conocían la doctrina de la tecnocracia décadas antes de aplicarse en México. Todo esto se lleva a cabo con ayuda de un director de cine (Dustin Hoffman) el cual hace el mejor trabajo de toda su carrera pero no puede decir que él lo hizo, obviamente por intereses políticos y por razones que darían fin a su trayectoria y vida (dándonos un guiño de lo que le pudo haber ocurrido a Stanley Kubrick con la escena de la llegada a la luna).
Maten al mensajero
Película de 2014. Basada en hechos reales nos narra cómo el periodista Gary Webb (Jeremy Renner), descubre una historia muy turbia entre la CIA y un narcotraficante nicaragüense, Norwin Meneses (Andy García), la cual desenreda toda una red de tráfico de cocaína comprada a dicho narcotraficante y distribuida por nada más y nada menos que la CIA, entrando en un sinfín de hostigamientos y acosos por parte de esa agencia para intentar disuadir que publique dicha información, dejando al pobre reportero en un profundo estado de soledad y aislamiento social, dando por terminada su vida con un “suicidio”. Años más tarde la agencia hace pública la carpeta, pero al contrario de la película Escándalo en la Casa Blanca y su rescate de imagen al presidente, aquí la historia es al revés, hacen público el escándalo del amorío de Bill Clinton (presidente electo de Estados Unidos en ese momento) y Mónica Lewinsky, haciendo así la distracción pública en una caja china como pocas. PÍNTALODENEGRO