John Waters
Uno de los personajes más grandes en el independiente de Estados Unidos, que desde sus inicios se mostró al mundo con una de las filmografías más arriesgadas que rotan entre lo grotesco, el desenfreno y el asesinato, llegó hoy a los 75 años. La obra de John Waters dista de lo que muchos consideran académico pero, ¿a quién le importa eso? Al pasar de las décadas sus seguidores no han dejado de vitorear cada cinta, libro o monólogo que el Pope of Trash les ha entregado.
El primer acercamiento de Waters con la cámara y con lo que dejaría claro a las audiencias de qué se iba a tratar lo que nos tenía planeado fue aquel cortometraje titulado Hag In a Black Leather Jacket. Los 17 minutos de su debut, filmado en 8 mm, retratan la boda de un ciudadano de piel oscura con una mujer blanca, y como cómplice de la ceremonia un miembro del Ku Klux Klan esta trama fue su carta de presentación y el llamado a todas aquellas criaturas que gustan ver de las situaciones más deshonrosas y bellas del día a día.
A esto le siguieron un par de mediometrajes, Roman Candles de 1967, desde entonces veríamos algunos de los rostros que acompañarían a Waters en sus filmes más importantes: Divine, claro, David Lochary, Mary Vivian Pierce y la que se mantuvo a su lado en toda su filmografía hasta sus últimos días tras la cámara, Mink Stole. A este puñado de locos artistas se les quedó el apodo de Dreamlanders, este nombre a propósito de la productora del cineasta, Dreamland Productions.
El último de esta trilogía es Eat Your Makeup y fue su primer filme rodado en 16 mm. La producción es una recreación del asesinato de Kennedy y para esto pone a Divine en escena para interpretar a Jacqueline Kennedy. Lo del asesinato del ex presidente es un punto interesante a resaltar porque a pesar de que los hechos tuvieron fecha unos años antes, Estados Unidos aún se encontraba inquieto por la noticia. Este trabajo también estuvo protagonizado por quien Waters se refiere como su primera estrella: Maelcum Soul, que murió semanas después de terminar el rodaje por una sobredosis.
Llegó el año 1969 y ya se encontraba listo para dar su aportación al universo Mondo con su primer largometraje Mondo Trasho, en el que Link Wray, Judy Garland, Little Richard, The Shangri-Las, Little Eva, The Trashmen, Jerry Lee Lewis, Ike Turner, The Coasters y Elvis Presley fueron algunos de los que se unieron a esta fiesta llena de depravación y fetiches para sustituir los diálogos con un poco de la música favorita del director, este extraño estilo de crear cine no se le hubiera ocurrido ni de chiste a alguien del cine moderno, también se le suma que es la obra que marcaba un suceso importante, el inicio de la dupla Divine-Waters.
El conocer las primeras cartas del director ayuda a entender y apreciar la genialidad que tiene para crear lo que se le venga en mente, por un lado sus inicios bajo el lente con los que luchó contra la censura estatal de Maryland y por otro las cintas que llegaron después como Female Trouble, Polyester, Pink Flamingos o Desperate Living, en donde se ve que optó más por retratar de manera muy exagerada todo lo cotidiano y cultural que surge en Estados Unidos, esto no quiere decir que dejó de causar impacto, al contrario, lo usó para reflejar lo que la sociedad recrimina a diario pero de manera más estilizada.
La fuente directa para el director siempre ha sido y será su natal Baltimore, una ciudad que nunca ha sido mencionada de manera recurrente en muchos sitios, hasta pareciera que es una ciudad olvidada, sólo es por él y por The Wire de David Simon que alguien voltea a ver ese lado del mapa y, bueno, también porque fue la cuna de Frank Zappa. John Waters cree que la gente que gusta de su cine es la correcta, lo contrario a la crítica conservadora que nunca dejó de señalar cada filme que lanzó, eso siempre le dio buenas señales ya que le hacía creer que lo que estaba mostrando al público era lo indicado.
Su carrera como realizador terminó en 2004 con A Dirty Shame, un caos sexual con el que cierra perfectamente la columna de su filmografía. Han pasado 17 años de esto y al parecer no volveremos a saber más del cineasta en el terreno de la dirección, aunque su participación en el cine no se limita sólo a eso, así como a Waters le gusta la gente que causa problemas también le atrae que el espectador lo encuentre en lugares donde menos lo esperes, es por ello que ha tenido cameos en Jackass, Mi nombre es Earl y hasta en Alvin y las ardillas.
La vida del Rey de la Basura ahora tiene su mayor atención en el mundo editorial, en entrevistas el director ha dejado claro que él se considera mejor escritor que cineasta, en realidad esa no es noticia, pues ha trabajado como periodista, todos los guiones de sus películas los ha realizado él y ya cuenta con algunos libros en su bolsillo, es un tipo con un bagaje cultural muy amplio, las palabras que dedica a cada uno de los personajes que aparecen en su libro Mis Modelos de Conducta lo demuestran. Desde la anécdota que cuenta cuando entrevistó al del bigote original (Little Richard) hasta su encuentro con el pornógrafo Bobby Garcia, cada uno de estos entes fueron los que lo salpicaron de alguna manera para ser quien es.
Uno de los episodios más cautivadores de este libro es cuando relata su amistad con Leslie Van Houten, es en ese capítulo donde plantea a sus lectores lo importante que puede llegar a ser el cambio en las personas y cómo los medios con mayor penetración influyen en la sociedad día a día. Está claro que John Waters nunca ha pedido permiso a nadie para mostrarse tal cual es y que desde el basurero más profundo de Baltimore ha logrado contagiar a todos esos artistas y creadores, que gracias a su obra te han logrado arrinconar en las situaciones más incómodas. La pregunta es: ¿Volveremos a verlo dirigir alguna producción? Todos esperamos que sí, pero mientras el milagro ocurre ya puedes ir pensando en darle play a esa serie de la escritora Amy Sherman-Palladino titulada The Marvelous Mrs. Maisel, ya que hace una semanas se confirmó que Waters se unirá al cast con una aparición especial.
John Waters en Mi nombre es Earl
