Pequeñas desgracias sin importancia (2022)
Hace un par de años Miriam Toews publicó una novela basada en el suicidio de su hermana, quizá en el reparto de los personajes los papeles de Yoli y Elfrieda estén asignados a la misma autora y su sangre, respectivamente. El drama no está en todas las páginas, también encontrarás un tributo al amor fraterno y referencias que musicalizan la historia.
Llegué a Pequeñas desgracias sin importancia después de haber visto la película Ellas hablan (2022), basada en otro libro de la misma autora canadiense: Miriam Toews. ¿Es esto importante? Me parece que sí, pues, aunque la película es una obra adaptada, se intuye que el original posee la fuerza para sostener una historia en la que todo sucede en el diálogo y no tanto en la acción de los personajes y por supuesto que quise leer a la autora de inmediato. Luego descubrí también que Toews había sido protagonista de Luz Silenciosa (2007), dirigida por el mexicano Carlos Reygadas.
Toews proviene de una familia menonita, al igual que las protagonistas de Pequeñas desgracias sin importancia, Elfrieda y Yoli, dos hermanas adultas cuya historia familiar y vínculo se narra y describe a lo largo de la novela editada por Sexto Piso. Elfrieda es una prestigiosa pianista que descubrió su vocación desde niña, siempre inteligente, inclinada al arte y la cultura. Yoli es su hermana menor, más entregada a tratar de resolver el día a día, escritora insatisfecha, madre de dos, separada dos veces y con problemas económicos. Pero sucede que Elfrieda no quiere vivir. El suicidio ha rondado en la familia más de una vez y Yoli no se explica porque esa vida perfecta no le basta a su hermana para querer vivirla.
La historia nos es contada por la voz de Yoli, quien narra sus recuerdos de infancia y adolescencia, a través de los cuales permite ver al lector el profundo amor que siempre ha habido entre las hermanas. Los vínculos entre las mujeres de esa familia son muy poderosos y constantemente se mueven alrededor de Elfrieda para tratar de mantenerla con vida, lo cual, evidentemente resulta desgastante para todos. Pero Pequeñas desgracias sin importancia también aborda la amistad, la maternidad, el sentido de la vida, la religión, y lo hace de una manera fresca, usando un humor sutil y espontáneo que hace que la historia no sea todo el tiempo un constante drama. Aunque en realidad lo sea. Los personajes mantienen diálogos divertidos y cotidianos que nos acercan a ellos.
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Me gustó porque el libro está escrito sin truco, no exige un lector superdotado, la escritura es ágil y se avanza fácilmente dentro de ella, la historia en sí es interesante y conmovedora pero las palabras se despliegan con belleza e inteligencia. Un plus para quienes gustan de rastrear las influencias de las obras dentro las mismas, es que Toews nos va dejando pistas de autores y música a lo largo de las páginas de esta novela. Encontramos referencias a The Clash, Bob Marley, Kanye West, Rachmaninoff (no olvidemos que Elfrida es pianista) y eso para mí siempre ha sido un gesto de mucha generosidad por parte de los autores y agrega un fondo a la obra. Hay además en sus páginas mucha poesía, el nombre mismo del libro proviene de un verso de Coleridge que da emoción descubrir casi al final del libro. ¿Se te antoja leerlo?